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Palabra
síntoma [symptom]
m. (Patol. general). Manifestación subjetiva de una enfermedad, apreciable solamente por el paciente, como el dolor, picor, visión de “moscas volantes”, etc.

[sýn σύν gr. 'con', 'unión' + ptō(sis) πτῶσις gr. 'caída' + -ma gr.]
Leng. base: gr. Antigua. En gr. sýmptōma σύμπτωμα significa etimol. 'fenómeno que acontece simultáneamente', 'fenómeno que concurre'; en Galeno, s. II d.C., y textos médicos de la época tiene un valor semejante al actual; en lat. tardío y castellano mediev. este valor se entremezcla con el de 'colapso' que es también un significado secundario en la antigüedad; esto dio lugar, por calco, a accidente(m) lo que dota al término esp. accidente en su uso médico de significado especial. El síntoma, a diferencia del signo, tiene un carácter subjetivo.

Comentario

Manifestaciones subjetivas y objetivas de la enfermedad

En las estadísticas de los últimos meses (véase la sección Dicciomed mes a mes) hay dos palabras que aparecen entre las más buscadas, son síntoma y signo. Esto nos anima a hacer un comentario conjunto de ambas, aunque cualquiera de ellas aisladamente se lo merecería.

Síntoma procede, a través del latín, de griego sýmptōma σύμπτωμα y en realidad es un sustantivo creado a partir del verbo sympíptō συμπίπτω que significa literalmente 'caer al mismo tiempo' y en un sentido más amplio 'concurrir', 'ocurrir al mismo tiempo'; muchas veces adoptaba un significado negativo, 'ocurrir una desgracia, un accidente, una enfermedad'. De ahí que el sustantivo derivado, sýmptōma (documentado a partir de finales del s. V a.C. en historiadores) signifique primero 'infortunio'; después en filósofos como Epicuro 'atributo', 'propiedad', 'cosa que acompaña' en el sentido de 'fenómeno concomitante' y un poco más tarde en médicos 'fenómeno revelador de una enfermedad' o 'signo'. Nos vamos a centrar en los usos médicos. Aunque hay algún caso aislado en el Corpus Hippocraticum, creemos que los primeros ejemplos seguros que se pueden documentar son los de Erasístrato. Aunque desgraciadamente no conservamos textos largos de este médico alejandrino del s. III a.C., Galeno lo cita muchas veces y gracias a eso podemos leer alguno de sus pasajes, como el siguiente (en Galeno, De atra bile K. 5 138) en el que afirma:

«Está muy bien que el que quiera practicar la medicina se ejercite en lo que es propio de la medicina y no deje escapar ninguno de los síntomas que se produzcan sin investigar, sino que los analice con detenimiento y se preocupe de saber en qué estado patológico (diáthesis) se produce cada uno de ellos.»

Usa el término, en un significado parecido al del DRAE (Diccionario de la Real Academia Española): "Fenómeno revelador de una enfermedad" y no en el más específico que recoge la definición de Dicciomed 'manifestación subjetiva de una enfermedad'. En el s. I d.C. estaba muy difundido el uso en el sentido que comentamos, como demuestran los médicos de Éfeso Rufo y Sorano. Sin embargo, Galeno fue, como ocurre tantas veces con el vocabulario médico antiguo, el gran responsable de su difusión; dos de sus tratados llevan la palabra en el título, como son De symptomatum differentiis y De symptomatum causis. De los 2.214 casos que registra el TLG para autores médicos griegos antiguos, 1.453 corresponden a Galeno. En uno de los tratados citados (De symptomatum differentiis K. 7. 50) dice:

«La enfermedad (nósēma νόσημα en griego) es un estado corporal patológico (diáthesis en griego) en que se produce una merma de la funcionalidad corporal de forma destacada; cuando concurren algunas otras situaciones patológicas que acompañan como sombras no las llamaremos enfermedades, sino síntomas; en nuestro criterio no debe llamarse enfermedad a cualquier manifestación corporal que sea contraria al estado natural, sino que aquello que de forma destacada perjudique la funcionalidad, se llamará enfermedad, ... cualquier otra situación patológica que acompañe la enfermedad se denominará síntoma

Es un intento notable de establecer la diferencia entre síntoma y enfermedad; muy ilustrativa es la comparación con las sombras; los síntomas, como las sombras, acompañan indefectiblemente pero no son la entidad principal.

La palabra pasó al latín, por un lado, como mera transcripción del griego, escrito symptoma o simptoma; se documenta en Teodoro Prisciano y Celio Aureliano, ambos médicos romanos del s. V del norte de Africa. Luego la encontramos en latín medieval y se documenta en francés en 1363, siempre con el significado que venimos comentando. Más interesante es el hecho de que en estos mismos autores aparece como calco en la forma accidente(m). Por ejemplo, afirma Celio Aureliano (2.35.184): «passionum accidentia quae symptomata Graece vocaverunt».

En estos primeros usos del término en latín aparece con frecuencia combinado en plural signa con symptomata. Puesto que estos médicos romanos del s. V están muy influidos por la medicina griega, no cabe duda de que signa está traduciendo un término griego. No es muy difícil averiguar cuál es: se trata de sēmeîa σημεῖα que se combina, también en griego en numerosas ocasiones, sobre todo en textos médicos, con symptōmata. Según algunos diccionarios ambas palabras son sinónimos en griego, pero leyendo los textos descubrimos que eso no es siempre verdad y que existe un contraste entre ambas, aunque no es el mismo que tienen en la actualidad síntoma 'manifestación subjetiva' y signo 'manifestación objetiva'. Galeno contrapone sýmptōma 'manifestación concurrente de mal presagio' y sēmeîon 'señal objetiva'. Así, en Ad Glauconem de medendi methodo K. 11. 64, afirma «no hay que considerar que eso (que se produzca hemorragia o vómito en un dolor de cabeza) sea un síntoma sino una señal positiva». En cualquier caso, es un término más abundante aún que sýmptōma en literatura médica griega, y pasó en fecha temprana a latín en la forma signum. Dice Celso en el s. I d.C.: «mali etiam morbi signum est nimis celeriter emacrescere» "adelgazar con excesiva rapidez es también signo de una enfermedad grave". Tras pasar por latín tardío y medieval, no es de extrañar que podamos leer en castellano medieval el siguiente texto del Libro de los caballos (1275):

«Quando la sangre cresce much al cavallo estos son los signos por que lo puede omne conoçer. El primero es que se ama mucho rascar, el segundo fiede much el estiercol que faze, el tercero la orina faz vermeja & espesa, el quarto ...».

En realidad la contraposición entre síntoma como 'manifestación subjetiva' y signo como 'mafestación objetiva' es relativamente reciente, del s. XIX en adelante.

Las referencias bibliogáficas que se han citado abreviadamente pueden encontrarse aquí.

Francisco Cortés. Octubre 2008.

Nota: La semana pasada no hubo "palabra de la semana" porque Dicciomed cambió de servidor para mejorar su calidad, gracias a ello, los usuarios habrán notado una mejora muy sensible en la velocidad y fiabilidad informática.

ISBN: 8478005722