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Palabra
glucosa [glucose, glycose]
f. (Bioquím.). Azúcar de color blanco, cristalizable, de sabor muy dulce, muy soluble en agua y poco en alcohol, que se halla disuelto en las células de muchos frutos maduros, especialmente la uva y en sangre y líquidos tisulares de animales. Es un monosacárido con fórmula molecular C6H12O6, la misma que la fructosa pero con diferente posición relativa de los grupos -OH y O=. Wikipedia.

fr. glucose [gleuk- γλεῦκος gr. 'mosto', gr. cient. 'glucosa' + -osa quím. 'carbohidrato']
Leng. base: gr. Neol. s. XIX. Acuñada en 1838 en fr. por J.B. Dumas, L.J. Gay-Lussac y E.M. Péligot. Presenta una anomalía gráfica, debería haberse escrito en fr. gleucose y en español gleucosa.
Imagen
Moléculas de D- y L-glucosa.
Procedencia de la imagen:
http://es.wikipedia.org/wiki/Glucosa

Comentario

Un error perjudicial. Los detalles etimológicos importan.

El 16 de julio de 1838 tuvo lugar una sesión en la Academia Real de Ciencias de París en la que J.B. Dumas leyó un trabajo firmado por él mismo y además L.J. Thénard, L.J. Gay-Lussac, J.B. Biot y E.M. Péligot, todos ellos químicos de mucho prestigio en el ámbito científico francés. Se definen en él los azúcares como sustancias capaces de fermentar; los autores se fijan más concretamente en los que se solidifican, distinguiendo por un lado el azúcar que procede de la caña de azúcar del que procede de la uva, del almidón y de la miel, al que designan como glucose. Literalmente se dice (1):

«De las comparaciones hechas por Péligot resulta que el azúcar de uva, el del almidón, el de la diabetes y el de la miel tienen exactamente la misma composición y las mismas propiedades y constituyen una única sustancia para la que proponemos el nombre de glucose, de γλεῦκος ‘mosto’ o ‘vino dulce’.»

No sabemos por qué escribieron glucose y no gleucose que hubiera sido lo esperable a partir de gr. gleûkos γλεῦκος. En griego esta palabra es una forma con vocalismo -e- procedente de la misma raíz que glykýs γλυκύς ‘dulce’, que desarrolló un significado específico, el que señalan, es decir, ‘mosto’ o ‘vino dulce’.Uvas prensadas para obtener mostoUvas prensadas para obtener mosto

Procedencia de la imagen:
http://es.wikipedia.org/wiki/Mosto

En cualquier caso, por el conjunto del artículo en el que aparece esta propuesta terminológica, queda claro que querían relacionar este nuevo término químico con γλεῦκος ‘mosto’ y no con glykýs γλυκύς ‘dulce’, en cuanto que están buscando diferenciar un tipo de azúcar, que se encuentra en la uva, del resto de azúcares. El error de glucose por el esperado gleucose y la falta de fidelidad en la adaptación del étimo griego provocó a la larga confusión porque acercó mucho fonéticamente glucose de palabras que tenían como primer elemento en francés glyco- (glico- en español) con el sentido genérico de ‘azúcar’ con lo que aquello que pretendieron separar y diferenciar en su trabajo los acuñadores de glucose volvió a mezclarse porque casi todo el mundo relacionó glucose con glykýs γλυκύς ‘dulce’, entre ellos el propio E. Littré, lexicógrafo francés, que por error "corrigió" la grafía de glucose en glycose en su famoso diccionario de la lengua francesa (1863-1872, puede consultarse en este enlace), sin duda convencido de que procedía de glykýs γλυκύς ‘dulce’ y que se había escrito erróneamente glucose. Téngase en cuenta que estos compuestos con glyco- γλυκύς ‘dulce’, con el sentido genérico en los neologismos modernos de ‘azúcar’, están documentados desde 1840, es decir, casi en la misma fecha en la que el grupo francés de investigadores estaba introduciendo glucosa, así en inglés glycocoll. En definitiva el recurso etimológico que está en el origen de glucosa es ingenioso y está bien empleado en origen pero un pequeño error lo echó a perder.

La palabra tiene otro interés. Según el Oxford English Dictionary, es el origen del uso del sufijo -osa (-ose en francés) con el valor de 'carbohidrato'. Es decir, cronológicamente, glucosa es la primera palabra en la que se empleó y desde la que se extendió. La segunda palabra fue celulosa, también acuñada por J.B. Dumas, una año después de glucosa, en 1839 (datos del muy sabio OED). Este sufijo con ese significado se ha usado en química desde entonces con bastante intensidad; en Dicciomed hay recogidas 25 palabras (véase -osa). No parece que tenga una explicación etimológica específica, sería, sencillamente, el resultado de la adaptación fonética al francés del final de la palabra gleûkos γλεῦκος, de la que hemos hablado antes; al pasar -ose al español se transformó en -osa. Se comprueba que los químicos franceses de finales del s. XVIII y principios del s. XIX fueron muy influyentes en la creación de vocabulario.

Francisco Cortés, mayo de 2011.

(1) Puede leerse el texto completo del trabajo que leyó J.B. Dumas en el nº 238 de L’Institut, Sciences Mathématiques, Physiques et Naturelles, 19/07/1838.

ISBN: 8478005722