lat. tardío oedēma de gr. oídēma οἴδημα [oidēma οἴδημα gr. hinchazón]
Leng. base: gr. Antigua. Docum. en 1493 en esp. En gr. significa 'inflamación' desde Hipócrates, s. V a.C.; por iotacismo en árabe es ūdīmā de donde las formas del s. XV en español vdimia, zimia; después en el Renacimiento se reinstauró en la forma oedema.
http://es.wikipedia.org/wiki/Edema
Comentario
Variaciones formales hasta encontrar la pureza original
Empezamos por la versión más sencilla. En griego 'hincharse' se decía οἰδέω oidéō y dio lugar, entre otros términos, al nombre de Edipo, 'el de los pies hinchados', porque de pequeño, cuando fue abandonado, le ataron los pies y le provocó una deformidad. A partir de ese verbo los médicos griegos crearon un sustantivo con el sufijo -ma para indicar el resultado de la acción, por tanto, con el significado de 'hinchazón', una tumoración que, a diferencia de términos derivados del lexema griego phleg-/phlog- 'inflamación', no supone aumento del calor, ni dolor. La inmensa mayoría de los casos en griego se documentan en autores médicos (711 de 1017 casos, según el TLG) y aparece en ellos con mucha frecuencia, desde Hipócrates, s. V a.C., a autores del s. XV d.C. En latín esta palabra sólo se documenta en época tardía, a partir del s. V d.C., en autores como Celio Aureliano o Casio Félix, en la forma oedēma, aunque también con las variantes que luego comentaremos, īdēma, hydēma, īdīma en glosarios altomedievales (ss. VI-VII). Esto último es documentación que puede obtenerse en el Thesaurus Linguae Latinae. Después su uso, según esta versión, se habría restablecido a partir de la lectura de los médicos griegos tras su redescubrimiento en el Renacimiento y nuevas traducciones al latín, ss. XV-XVI. Por ello lo encontramos en francés oedème en 1538 y en inglés oedema en 1541, en español un poco más tarde, en 1581 edema, es decir, en la forma griega latinizada sin sufrir ninguna variación fonética digna de mención, ya que el diptogno griego oi en latín pasaba a oe que en español evoluciona a e, como se comenta en la sección de Dicciomed dedicada al alfabeto griego. A esta historia, que es, más o menos, la que nos cuentan los diccionarios de lenguas modernas (Robert para francés, Oxford English Dictionary para inglés, Corominas-Pascual para español) habría que añadirle un dato. En latín de la baja Edad Media se documenta al menos en la Chirurgia magna de Guy de Chauliac de 1368, en la forma oedema, como puede leerse en este enlace. Es decir, la palabra estuvo siempre en uso y no se reintrodujo en el Renacimiento.
Pero la historia de esta palabra se puede contar de una forma más complicada que, como comprobaremos, no afecta ni a la forma ni al significado actuales de la palabra, aunque no deja de tener su interés. El primer indicio de que las cosas no son tan sencillas, nos lo da el Oxford English Dictionary cuya primera cita de uso del término procede de un texto de hacia 1400, una traducción al inglés de la Chirurgia Magna escrita por Lanfranc de Milán en latín en 1296, muy influida por autores árabes. Dice así la versión inglesa de 1400:
«An enpostym Þat comeÞ of fleume, is clepid vdimia or zima».
El segundo indicio nos lo da el DETEMA (Diccionario de textos médicos antiguos) que tiene un lema udimia con el significado de 'edema', 'tumor blando', en el que se documentan las siguientes variaciones formales; cime, cymia, simia, udimia, vdimia, ydema, zimia. Uno de los textos que se citan es muy revelador:
«la vdimia o ydema en griego es zimia en arabigo, apostema laxa o floxa e indolorosa» (Traducción del Tratado de cirugía de Guido de Cauliaco, Anónimo, 1493).
El libro de mis compañeras de Facultad en la Universidad de Salamanca Concepción Vázquez de Benito y Mª Teresa Herrera Los arabismos de los textos médicos latinos y castellanos de la Edad Media y de la Modernidad, Madrid (CSIC) 1989, p. 145, nos da la clave. En efecto, zimia o vdimia son adaptaciones de árabe ūdīmā, término documentado en el Canon de Avicena. En definitiva, esta palabra griega pasó primero al latín, después al árabe y en la forma arabizada se usó en la Edad Media en textos en latín, inglés, español, francés, etc. Existe la tentación de culpar al paso por el árabe de las deformaciones respecto al original griego que sufrió la palabra en esa época. No sería justo porque muchas se deben al propio griego y debían estar en la pronunciación (aunque no en la escritura) de la palabra ya en los ss. III-IV d.C., de hecho, se manifiestan en las adaptaciones de latín tardío que hemos citado al principio. Habíamos comentado, en efecto, que en los siglos V-VII d.C. en latín encontrábamos īdēma, hydēma, ydīma, īdīma. Muchas de estas variaciones formales se explican por la pronunciación iotacista propia del griego de época imperial, es decir, la forma árabe ūdīmā está recogiendo que en griego en el s. IX, fecha en que probablemente los árabes adoptaron el término, se pronunciaba īdīma. La forma zim(i)a que veíamos en textos españoles o ingleses bajo medievales se debe a una palatalización.
Ahora ya podemos reescribir la historia de este término y añadir un capítulo medieval que diría que en la Edad Media se siguió usando una forma latina regular oedema al mismo tiempo que formas arabizadas, mucho más extendidas en el uso, del tipo udimia, zima, que se explican en buena medida por el iotacismo en la pronunciación del propio griego tardío. En el Renacimiento se eligió la forma más culta, la más cercana al griego antiguo, representada por latín renacentista oedema, que ha servido de base al español edema, inglés oedema, francés oedème, italiano oedema. En cuanto al significado de la palabra permaneció siempre inalterado, como se puede comprobar por las citas de pasajes literales que hemos aportado.
Las referencias bibliogáficas que se han citado abreviadamente pueden encontrarse aquí.
Francisco Cortés. Mayo 2008.
Año: 1493
- Esta palabra también aparece en las siguientes entradas:
- anasarca; angioedema; blefaroedema; celulitis; dermatomiositis; edematoso, sa; flegmasía; glomerulonefritis; mixedema; nefrosis; paquidermia; preeclampsia; tumefacción