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Palabra
pica [pica]
f. (Psiquiatría/Psicol.). Alteración que consiste en comer de forma continuada sustancias que no son alimentos, como por ejemplo tierra, cenizas; es más frecuente en mujeres embarazadas. Wikipedia.

lat. tardío cissa(m) de gr. kíssa κίσσα [pīca(m) lat. 'pega' (ave)]
Leng. base: lat. Antigua reintroducida calco del gr. Docum. en 1560 en lat. renacent. En lat. clás. pīca(m) es 'pega', ave que tiene fama de comer cualquier cosa; el significado médico se documenta en fr. en 1560, pero en realidad procede del lat. y en última instancia del gr., donde kíssa κίσσα significa 'pega' y 'apetito caprichoso y voraz propio de mujer embarazada', significado éste documentado en Dioscórides y Sorano.

Comentario

De la voracidad de las urracas

Uno de los seguidores mexicanos de Dicciomed, Guillermo Murillo-Godínez, prestigioso médico internista e investigador, nos planteaba sus dudas sobre la información que se ofrecía a propósito de pica. Vamos a intentar dar respuesta en este comentario.

Empezaremos por los hechos más evidentes para ir profundizando después en otros que no lo son tanto. Desde el punto de vista de su origen, pega y pica son la misma palabra; pica es un término culto, en realidad no es otra cosa que la forma latina tal cual, mientras que pega es el resultado de la evolución de esa misma palabra según las reglas fonéticas que explican el paso del vocabulario latino al español. Dicho de otra manera, son dos formas de la misma palabra. El significado de pica en latín no era otro que ‘pega’, el pájaro que también llamamos urraca.

Segunda cuestión. ¿Qué tiene que ver el nombre de un pájaro con la definición de pica, tal y como la leemos, por ejemplo, en el Diccionario de Términos Médicos de la Real Academia de Medicina (Madrid 2011):

«Perversión del apetito por la que se ingieren sustancias no comestibles, como tierra, hielo, pinturas, basura o cenizas, de forma repetida o crónica. Se considera anómala a partir de los 2 años de vida y es frecuente durante el embarazo.»

En cuanto uno indaga algo sobre esta dificultad, descubre que en realidad ese significado de la palabra latina pica no estaba en latín clásico ni tardío, sino que se trata de un uso renacentista. Tampoco es difícil averiguar que en realidad se trata de un calco del griego que se explica por la traducción al latín del término griego kíssa κίσσα (kítta κίττα en ático).

Pica PicaPica Pica

La pregunta principal sigue en pie, aunque ahora la hayamos trasladado al griego, ¿por qué en griego kíssa κίσσα añadió a su significado básico de ‘pega’ o ‘urraca’ el de ‘perversión del apetito’? Es algo sorprendente que llamaba ya la atención a los propios griegos, médicos y filólogos, y que sigue llamándosela a los filólogos actuales. El primer autor en el que encontramos este uso referido a mujer embarazada es Aristóteles (s. IV a.C.) que afirma en su Historia de los animales que «acostumbran las mujeres embarazadas a tener todo tipo de apetitos que cambian rápidamente, cosa que algunos llaman ‘comportarse como una pega’» (Hist.Anim. 584a), haciendo uso del verbo kissáō κισσάω, derivado de kíssa κίσσα. Ya antes Aristófanes (ss. V-IV a.C.) había utilizado este verbo en su comedia Pax, verso 497, pero probablemente en el sentido de ‘tener un apetito caprichoso’; el escolio a este verso lo explica así: «la pega es un pájaro insaciable y que come cualquier cosa, pero se toma muchas molestias para satisfacer su apetito.»

Entre los médicos la primera referencia la tenemos en Dioscórides, a caballo entre los siglos I y II d.C. Dice en su De materia medica 1.115.5, a propósito de las cidras, que se usan como alimento para saciar los antojos alimenticios de mujeres embarazadas (‘antojo alimenticio’ es kíssa κίσσα del texto).

Otro médico de la misma época, Sorano de Éfeso trata más ampliamente del problema, no en vano fue el autor del primer tratado ginecológico del mundo occidental:

«Sobre el ‘antojo alimenticio’ (kíssa κίσσα). Le dan ese nombre por un uso traslaticio a partir de cierto pájaro, llamado así, kíssa κίσσα (‘urraca’), porque el ave urraca tiene muchas variaciones en su plumaje y en su canto; así también es la característica que justifica sus apetitos diversos. Otros lo explican por la hiedra (kíssos κίσσος), porque es muy variada en sus entrelazamientos. Ocurre a muchas embarazadas en torno al cuadragésimo día [de embarazo], por lo general, y continúa hasta los cuatro meses como norma general. A algunas les llega y se les pasa antes, también a algunas les dura menos, a otras más. … A las que les acontece esa afección les sobreviene una molestia del estómago o pirosis, mareo y falta de apetito, unas veces para todo alimento, otras para algunos; también un apetito de cosas inverosímiles, como tierra, trozos de carbón, zarcillos de viña, fruta de temporada fuera de ésta, algo ácido.»(Gynaeciorum libri, 1.48.1-2)

Obsérvese que entre la descripción de la pica del diccionario de terminología médica español más actualizado y lo que contaba Sorano en el s. I-II d.C. hay muchos puntos en común (mujer embarazada, apetito por comer tierra, cenizas). Aparte de ser la descripción más amplia de la dolencia en la medicina antigua, el texto pone de manifiesto la dificultad y perplejidad que causaba ya a los antiguos el problema de la etimología y la existencia de propuestas alternativas a la más habitual, la que relacionaba el término con la pega o urraca, que sigue siendo la que aceptan los filólogos actuales. Pocos años más tarde Galeno se refiere también a esta indisposición:

«Acostumbra a suceder sobre todo a las mujeres con problemas de humores, cuando están embarazadas. La dolencia se llama kitta (‘antojo alimenticio’). Tienen apetito de cosas ácidas y astringentes, a veces, de cosas amargas, otras veces también de tierra de Cimolos, conchas de moluscos o carbones apagados o de otros cosas insospechadas como alimentos. A la mayoría de ellas les pasa hasta el segundo o tercer mes y les cesa en el cuarto.»(De symptomatum causis, K. 7.133)

Otros médicos posteriores se refieren a lo mismo en términos parecidos, así Oribasio (s. IV d.C.), Aecio de Amida (s. VI d.C.), Pablo de Egina (s. VII d.C.). Los traductores al latín de textos médicos griegos, concretamente los traductores de Sorano (mejor de Pseudo-Sorano, un texto que recoge en buena medida los contenidos del propio Sorano) y Oribasio en los ss. VI y VII d.C. no se partieron la cabeza, traspasaron sin más el término griego kíssa al latín, escrito cissa, con sus dos significados ‘pega’ o ‘urraca’ y ‘antojo alimenticio de embarazada’ (Ps.Soran. qauest.med.37 y Oribas. [Oribasio latino] syn.5,3, con texto amplio citado en el TLL, s.v. cissa.)

Sin embargo no ocurrió lo mismo en en las traducciones latinas de médicos griegos del renacimiento.

Gracias a la magnífica biblioteca de textos digitalizados de la BiuSanté hemos podido leer cómo tradujo el famoso humanista y traductor Janus Cornarius el pasaje galénico que hemos citado más arriba en su traducción al latín de toda la obra de Galeno, publicada en Basilea en 1549 (tomo III, col. 66, puede verse la página que interesa en este enlace):

«Solet id maxime mulieribus, quae uitiosi sint succi, cum grauidae sunt incidere. Vocatur affectus Graece citta, picam aliqui latine appellarunt. Appetunt autem sub hoc affectu, acida maxime acerbaque …»

Por tanto, al menos en la primera mitad del s. XVI, se usaba ya en latín pica con el significado añadido, por calco del griego, de ‘antojo alimenticio de embarazada’. A partir de ahí no debe extrañarnos que se extendiera el uso del término y lo encontramos con bastante frecuencia en textos posteriores a 1550, tanto en latín como en francés (1ª docum. en 1560), inglés (1563), siempre en las distintas lenguas modernas, en forma latina pica etc. En el léxico médico grecolatino de Bartolommeo Castelli no figura en su primera edición de 1598 pero sí en la de 1626, como podemos ver en este enlace.

Francisco Cortés. Abril de 2012.

Introducción al lenguaje científico:
Año: 1560
Esta palabra también aparece en la siguiente entrada:
coprofagia
ISBN: 8478005722